viernes, 2 de marzo de 2018

Problemas de piel: rosácea, psoriasis, herpes labial, hiperhidrosis y varices.

Las afecciones cutáneas no tienen que ser especialmente graves para que nos amarguen la vida. Si aparecen a la vista de todos, acomplejan, producen rechazo y tienen un gran impacto en la autoestima y las relaciones sociales. ¿Podemos remediarlas?

La piel no es solo el órgano que nos envuelve y nos protege de gérmenes y agresiones del exterior, también es nuestra carta de presentación para el resto del mundo. Con casi dos metros cuadrados de extensión, está expuesta a todo y a todos: es lo primero que ven los demás y por eso cualquier enfermedad que le afecte y la afee puede acabar condicionando nuestra autoestima. Problemas como la rosácea, la psoriasis o las varices se convierten, en muchas ocasiones, en una pesadilla para quienes las padecen, no solo porque pican, duelen y molestan, sino porque son antiestéticos y este no es, necesariamente, el síntoma de menor importancia.

El aspecto y la imagen que transmitimos nos importan tanto que estas afecciones acomplejan y estigmatizan y están en el origen de otros problemas asociados. Los estudios confirman la existencia de sintomatología depresiva, aislamiento social, reacciones emocionales alteradas e implicaciones en las relaciones laborales y sexuales en los pacientes dermatológicos. Por eso, aunque en la mayoría de los casos estas enfermedades no revisten gravedad, consultar con el especialista nos permitirá atenuar tanto lo molesto, como lo feo.


Rosácea
Vulgarmente denominada cuperosis, es una afección inflamatoria crónica que provoca la aparición de granitos, vasos dilatados y enrojecimiento en zonas como la frente, la nariz, las mejillas o la barbilla. También puede afectar a los ojos, con aparición de rojez y picor y, en los casos más severos, la nariz puede llegar a abultarse. En España, unos 4,2 millones de personas padecen rosácea, muy común especialmente en mujeres de piel clara, entre los 30 y los 50 años. "Aunque se desconoce la causa exacta, sabemos que hay varios factores implicados en su aparición: los vasos sanguíneos de la piel son más reactivos y están más dilatados de lo normal, hay un exceso de grasa y un aumento del tamaño de las glándulas que la producen y una presencia de mayor cantidad de Demodex, un ácaro de la piel", explica la dra. Cristina Eguren, dermatóloga de la Clínica Eguren y miembro de la de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

¿Requiere consulta? No es una enfermedad grave, pero puede llegar a generar un
gran malestar. Según el estudio Face Values: Global Perceptions Survey, realizado en varios países, el 77% de las personas que la sufren afirman haberse sentido avergonzadas o inseguras.

¿Qué se puede hacer? Lo primero es, en lugar de tratar de esconderla debajo de capas y capas de maquillaje, acudir al dermatólogo, ya que los pacientes diagnosticados tienen mayores probabilidades de mantener sus síntomas bajo control. "Según el tipo de rosácea y su gravedad, utilizaremos tratamientos tópicos, antibiótico oral, isotretinoína a dosis bajas o láser. En 2015 se comenzó a comercializar una crema con ivermectina, que a nivel tópico es lo más eficaz que hay", informa la dra. Cristina Eguren. Además, conviene tratar de evitar los factores que la empeoran (cambios de temperatura, exposición directa al aire frío o caliente, comidas picantes, alcohol...) y usar productos de higiene y cosmética para pieles sensibles, que minimicen la irritación, evitando los que contengan alcohol, astringentes, fragancias y exfoliantes agresivos.


Psoriasis 

 


Es una enfermedad crónica que tiene su origen en una proliferación anómala de las células cutáneas. Lo normal es que la piel se regenere en unos 30 días, pero en las personas con psoriasis lo hace en cuatro y por eso las células se acumulan. "Existe un componente genético que predispone a padecer psoriasis. Además, hay factores desencadenantes que hacen que aparezca el brote: estrés, alcohol, obesidad, ciertos medicamentos, infecciones, cambios hormonales...", señala la dermatóloga Cristina Eguren. La psoriasis, que afecta al 2,3% de la población, suele verse en forma de placas de tamaño variable, rojas y con escamas blanquecinas, y puede afectar también a las articulaciones, provocando inflamación y dolor.

¿Requiere consulta? Sí, sin duda. Los síntomas físicos suelen ser dolorosos e incluyen sensación de ardor, dolor en las articulaciones, picor e irritación cutánea. Juntos limitan la capacidad para realizar las actividades diarias y afectan a todos los ámbitos de la vida.

¿Qué podemos hacer? Los tratamientos ayudan a controlar los síntomas: terapias de uso tópico como cremas, lociones o champús con diversos principios activos (corticoides, derivados de la vitamina D, retinoides, inhibidores de calcineurina); medicamentos orales o inyectados; fototerapia e incluso fármacos biológicos y pequeñas moléculas de última generación.


Hiperhidrosis
El sudor es un mecanismo al que el cuerpo recurre cuando necesita regular su temperatura, por eso, lo normal es que aparezca cuando hace calor o al hacer ejercicio. Pero cuando la sudoración se produce en exceso y sin importar si hace frío o calor, se habla de hiperhidrosis primaria.

¿Requiere consulta? Sí, cuando se trata de una sudoración excesiva, visible, sin causa aparente y que se mantiene durante seis meses. Pese al gran impacto que tiene en la calidad de vida (los mapas de sudor en la ropa, las manos mojadas provocan rechazo), dos de cada tres afectados no consultan a un especialista. Y deberían. “Aparte de las molestias que produce, los pacientes pueden tener una mayor incidencia de otros problemas de piel en los sitios afectados como dermatofitosis o verrugas virales”, advierte Raquel Rivera, médico adjunto del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid y miembro de la AEDV.

¿Qué se puede hacer? La primera línea de tratamiento suelen ser los antitranspirantes tópicos, con cloruro de aluminio hexahidratado al 20%. Si esto no resulta efectivo, se puede tratar con toxina botulínica, que bloquea la liberación de acetilcolina, un neurotransmisor que estimula la producción de sudor. Otra opción es la iontoforesis que consiste en sumergir las manos y pies en un recipiente con agua y unos electrodos, y recibir pequeñas corrientes eléctricas para inhibir la sudoración. En casos de hiperhidrosis intensa o que afectan a varias zonas, se pueden intentar tratamientos sistémicos con fármacos anticolinérgicos como la oxibutinina oral y el glicopirrolato.


Herpes labial
Está causado por el virus Herpes simple tipo 1, que se manifiesta en forma de unas vesículas en el labio (a veces también en la nariz o las mejillas) que producen picor y dolor. El virus se transmite por contacto directo y permanece latente hasta que llega una nueva fase de reactivación que se produce de forma espontánea debido a desencadenantes como el estrés, el sol, el frío, la fiebre....
¿Requiere consulta? “En pacientes inmunodeprimidos hay que tener cuidado, dado que pueden desarrollar úlceras. También en aquellos que sufran otra enfermedad dermatológica de base, como la dermatitis atópica, o que estén siendo tratados con fármacos inmunosupresores o inmunomodulares, porque tienen riesgo de que el herpes se pueda complicar”, advierte el dr. Silvestre Martínez García, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Quirónsalud Málaga.
¿Qué podemos hacer? Si no formamos parte de la lista de personas de riesgo, limitarnos a mantener la zona limpia y sin tapar. Cuando se sufren más de seis episodios al año o son muy dolorosos o intensos, se puede intentar un tratamiento con antivirales en forma de crema o iniciar, bajo prescripción médica, un tratamiento supresor con antivirales orales.


Varices
Las venas llevan la sangre de vuelta al corazón gracias a unas válvulas que hay en su interior y que impiden que esta retroceda. Pero cuando existe insuficiencia venosa se dañan estas válvulas, la sangre se acumula y las venas se dilatan mostrándose hinchadas y tortuosas. “La presencia de varices va acompañada de pesadez y cansancio o dolor sordo en las piernas, además de picores o calambres y manchas en la piel”, explica el dr. Rubén Rodríguez Carvajal, jefe del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Quirónsalud Marbella.¿Requiere consulta? Como pueden ir de lo más leve a lo más grave, lo ideal es siempre visitar a un especialista en angiología para que valore cada caso.
¿Qué podemos hacer? Las varices se pueden tratar con métodos mínimamente invasivos, como la escleroterapia con microespuma (que consiste en inyectar una sustancia que permite eliminar cualquier vena varicosa, sea cual sea su tamaño) o los tratamientos ablativos de los troncos Safenos mediante la aplicación de endoláser y pegamentos biológicos para el sellado de las varices.


Fuente Mujer Hoy - Beatriz García

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