Aliada frente al cáncer
La rúcula es una crucífera como el brócoli, coliflor, los nabos o la col y ,como ellas, contiene potenetes antioxidantes:
- carotenos
- flavonoides
- glucosinolatos
Los glucosinolatos protegen frente a varios tipos de cáncer (estómago, mama, pulmón, ovario, próstata, esófago, páncreas, melanoma y colon).
Estos antioxidantes se destruyen con la cocción, por lo que la rúcula, que se come cruda, los mantiene intactos.
Estudios recientes han sugerido que los compuestos que contienen azufre (es decir, de sulforafano) que dan a las verduras crucíferas ese sabor un poco amargo son también los que les aportan su poder anticancerígano. Y es que este compuesto puede inhibir la enzima histona desacetilasa (HDAC), involucrada en la progresión de las células cancerosas.
Insustituible en caso de anemia
con un aporte destacable de ácido fólico, hierro y vitamina C, que ayuda a asimilar y fijar este mineral, se la considera una verdura revitalizante, muy efectiva para no tener anemia y en caso de astenia, debilidad o convalecencia.
Para una vista de lince
Es rica en vitamina A en forma de carotenos, así como en los flavonoides luteína y zeaxantina, todos ellos protectores de la visión. Su consumo regular ayuda a prevenir problemas oculares asociados al envejecimiento, como la pérdida de visión, las cataratas, el glaucoma, la hipermetropía o la ceguera nocturna.
Protectora del corazón
Como otras plantas amargas, la rúcula protege el hígado y es depurativa, por lo que contribuye a eliminar el colesterol y la grasa, fluidifica la sangre y previene la aparición de enfermedades cardiovasculares.
Previene la osteoporosis
La rúcula se cultiva desde la época de los romanos y a pesar de ser una de
las crucíferas menos reconocidas. Diversas investigaciones ya han puesto de manifiesto que la baja ingesta de
vitamina K ha sido asociada con un mayor riesgo de fractura ósea y la rúcula también contribuye a aportar nuestra dosis necesaria de calcio diario.
vitamina K ha sido asociada con un mayor riesgo de fractura ósea y la rúcula también contribuye a aportar nuestra dosis necesaria de calcio diario.
Ayuda a gestionar la diabetes
Las verduras de hoja verde como la rúcula contienen un antioxidante conocido
como ácido alfa-lipoico que reduce los niveles de glucosa en sangre y
aumenta la sensibilidad a la insulina en pacientes con diabetes. Estudios internacionales sobre ácido alfa-lipoico también han demostrado disminuciones en la neuropatía periférica o neuropatía autonómica en las personas diabéticas.
Para perder peso
La rúcula posee muchos nutrientes con pocas calorías. Su ingesta nos ayuda a una mejor digestión; gracias a su alto contenido en fibra promueve
el tránsito intestinal y también nos provoca sensación de saciedad, por
lo que es una herramienta perfecta para el control de peso gracias a
unos componentes muy saludables. La rúcula se encuentra entre
los 20 mejores alimentos en el Índice ANDI (Indice de Densidad Nutricional).
De acuerdo con la Base de Datos de Nutrientes de Estados Unidos, la USDA, unos 40 gramos de rúcula tienen aproximadamente 10 calorías con:
- 1 gramo de proteína
- 0,3 gramos de grasa y
- 1.5 gramos de carbohidratos (incluyendo 0,6 gramos de fibra y 0,8 gramos de azúcar).
Al tomar 40 gramos de rúcula al día nos proporcionarán el 20% de la vitamina A, más del 50% de la vitamina K y el 8% de vitamina C, ácido fólico y calcio que necesitamos en un día.
Fuente Gemma Navarro - Diestista, Muy Interesante.
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