Puede que ciertas teorías psico-existenciales como
la “ley de la atracción”, que afirma que lo que piensas lo atraes, sean
“tonterías” para algunos. Sin embargo, está comprobado que los
pensamientos tienen un gran poder sobre tus acciones y condicionan la
forma en que percibes y respondes a todo lo que te rodea.
Es complicado controlar los pensamientos. De hecho, la psicología
inversa afirma que cuanto más te prohibes pensar en algo, más incides en
ello. Como dejar la mente en blanco no es una opción, ni aunque practiques mindfulness, y se llena muy a menudo de pensamientos intrusivos a los que no habías invitado, lo que puedes hacer es aprender a manejarlos y utilizar su poder en tu favor.
La cabeza tiene su propia forma de funcionar. “Tu mente se encuentra en
constante actividad y ésta se traduce en pensamientos. Estresados,
relajados, concentrados, distraídos, despiertos e incluso dormidos, los
pensamientos nos acompañan las 24 horas”, asegura Sara Rasero, psicóloga en Transforma Psicología.
El primer eslabón
Tienes que saberlo,
los pensamientos son solo el primer paso de una cadena perfectamente
estudiada. “A raíz de tus pensamientos se generan las emociones”,
advierte Sara. Por lo cual, tener pensamientos catastróficos te llevarán
a sentir miedo y los pensamientos optimistas te conectarán con la
alegría. De modo que, en segundo puesto tenemos a las emociones y éstas, a su vez, generan acciones.
“Sentirte de determinada manera te llevará a tomar acciones concretas.
Así, una persona atemorizada tendrá una respuesta de huida y una persona
que se sienta alegre se llevará a sí misma a emprender acciones que
refuercen ese estado”, aclara la psicóloga.La conclusión es que los pensamientos determinan la
conducta. Y los responsables de atraer distintos resultados a tu vida, según Sara, eres tú con tus pensamientos que materializas a través de tus acciones.
Vigila tu mente
La
clave está en esa capacidad del ser humano de crear para él mismo la
vida que “piensa” que se merece. Por eso es tan importante manejar esos pensamientos, pero sin controlarlos.
“Si intentas controlar tus pensamientos sólo te desgastará y restará
energía. Los pensamientos se observan, se aceptan y no se juzgan”,
señala Sara. Es decir, puedes ajustarlos a la realidad, pero luchar
contra un pensamiento recurrente, especialmente si es de los que
producen emociones como miedo o tristeza, tendrá el mismo efecto que
patalear muy rápido para salir de las arenas movedizas: solo hará que te
hundas más.Aprender a no identificarte con ellos y saber que igual que llegan a tu mente también la pueden abandonar, es crucial para no perderte en laberintos sin salida. Así, continúa Sara, “evitarás que, emociones como la tristeza, se apoderen de tu cuerpo dejándote días enteros en la cama o que otras, como la rabia, te hagan ir arrasando con todo lo que encuentras a tu paso”.
Un ejercicio práctico de la experta, para dirigir los pensamientos a tu favor: observa, sin juicio, cómo se generan los pensamientos en tu mente, dales el espacio que se merecen y después, déjalos ir.
Repítelo tantas veces como sea necesario.
Fuente María Víllora MujerHoy, Sara Rasero - Psicóloga
No hay comentarios:
Publicar un comentario