viernes, 29 de enero de 2016

¿Dónde escondes tu felicidad?


La felicidad es un reencuentro con nosotros mismos.




La leyenda de la felicidad

Al principio de los tiempos, los dioses se reunieron para crear al hombre y a la mujer. Lo hicieron a su imagen y semejanza, pero uno de ellos dijo:

-Un momento, si vamos a crearlos a nuestra imagen y semejanza, van a tener un cuerpo igual al nuestro y una fuerza e inteligencia igual a la nuestra. Debemos pensar en algo que los diferencie de nosotros, de lo contrario estaremos creando nuevos dioses.

Después de mucho pensar, uno de ellos dijo:

- Ya sé, vamos a quitarles la felicidad.

- Pero donde vamos a esconderla. - Respondió otro.

- Vamos a esconderla en la cima de la montaña más alta del mundo.

- No creo que sea una buena idea, con su fuerza acabarán por encontrarla.

- Entonces... podemos esconderla en el fondo del océano.

- No, recuerda que les daremos inteligencia, con la cual, tarde o temprano construirán una máquina que pueda descender a las profundidades del océano.

- ¿Por qué no la escondemos en otro planeta que no sea la tierra?

- Tampoco creo que sea buena idea, porque llegará un día que desarrollarán una tecnología que les permita viajar a otros planetas. Entonces conseguirán la felicidad y serán iguales a nosotros.

Uno de los dioses, que había permanecido en silencio todo el tiempo y había escuchado con interés las ideas propuestas por los demás dijo:

- Creo saber el lugar perfecto para esconder la felicidad,
donde nunca la encuentren.

Todos le miraron asombrados y le preguntaron:

- ¿Dónde?

- La esconderemos dentro de ellos mismos, … muy cerca de su corazón.

La risa y los aplausos se multiplicaron. Todos los dioses reían:
-¡ Ja…Ja… Ja…! Estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca la encontrarán.
El joven escéptico acotó:
-Los hombres tienen el deseo de ser felices, tarde o temprano alguien será suficientemente sabio para descubrirla y se lo dirá a todos.
-Quizás suceda así -dijo el más anciano de los dioses-, pero los hombres también poseen una innata desconfianza de las cosas simples. Si ese hombre llegara a existir y revelara que el secreto está escondido en el interior de cada uno …. nadie le creerá.


Todos estuvieron de acuerdo, y desde entonces el hombre se pasa la vida buscando la felicidad sin darse cuenta de que la lleva consigo.


Lo que decide tu felicidad es tu estado de ánimo interior. La forma en la que piensas y reaccionas ante cada situación determina el regocijo de tu corazón.
Todo lo que necesitamos hacer es preguntar y escuchar la voz interior de nuestro subconsciente.



Tu felicidad depende de ti


“Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana
es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias”
John Locke

Existe una búsqueda incesante por lograr la felicidad que nos lleva a obsesionarnos sin saber realmente bien qué es y cómo se consigue. La felicidad es el estado en el que a todos los seres humanos nos gustaría encontrarnos.


¿Qué es realmente la felicidad? 


En primer lugar, para saber qué es realmente la felicidad, tendríamos que hacernos la pregunta – ¿Qué es para mí la felicidad?, la respuesta puede resultar algo compleja y estar llena de matices diferentes para cada uno de nosotros, eso nos puede indicar que la felicidad no es algo que está ahí fuera; bajo las circunstancias que vivimos, sino más bien en nosotros mismos, en cómo vivimos esas experiencias.

Si vamos por la vida con la creencia de que la felicidad depende de nuestras circunstancias, de las situaciones por las que pasamos; de tener más dinero, unos hijos mejores, un buen trabajo, una pareja estable, etc., estaremos continuamente buscando aquello que nos falta, sin darnos cuenta de que la felicidad no tiene nada que ver con eso.

La felicidad podemos encontrarla siempre en nosotros, no es algo que esté ahí fuera; es cuestión de darse cuenta de que no depende de lo que tenemos, sino más bien de lo que somos. Esto significa aprender a quererse, aceptarse y a convivir con uno mismo, puesto que serán las claves para que ante cualquier situación podamos sentir la felicidad que radica en nuestro interior.

Nuestra actitud ante la vida cambia cuando tomamos conciencia de que la satisfacción personal no es tan variable como nos han hecho creer, no está en constante dependencia de lo que suceda a nuestro alrededor.

Disponemos del potencial de elegir cómo vivir nuestras experiencias, para conseguir una mayor armonía y responsabilizarnos de nuestra felicidad.
No se trata de vivir más experiencias positivas que negativas, sino de aprender a integrar todas las experiencias como un aprendizaje vital, puesto que todas ellas son útiles y necesarias.


La venta de felicidad


Es muy común poner nuestra felicidad en dependencia de lo que sucede a nuestro alrededor, así lo hemos aprendido, así nos lo han enseñado. Es por esto por lo que existe la tiranía de la felicidad.

Se vende la felicidad bajo fórmulas de cómo hay que vivir la vida, de cómo hay que comportarse y qué es lo que hay que tener. De esto se aprovechan muy bien los medios de comunicación, la publicidad y la política; encargándose de transmitirnos de que seremos más felices cuantas más cosas tengamos.
De que es preciso generar emociones positivas constantemente y de que debemos vivir en esa burbuja ideal, que no representa para nada a nuestra realidad. Por eso aparece la frustración, y lo que es peor, la desconexión con nosotros mismos.

La incesante búsqueda de la felicidad en lo externo, hace que nos alejemos más de nosotros mismos, y por lo tanto de la felicidad inherente a nuestra naturaleza.
Esto es algo que podemos comprobar cada día, cualquier persona que ponga su satisfacción en lo que tiene y lo que consigue acabará perdiéndose así mismo, puesto que no es algo real, es efímero, no son auténticas necesidades de satisfacción, son necesidades que nos hemos creado.

Y cuanto más se tiene más se necesita, por eso existe la frase célebre de San Agustín: “No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita”, refiriéndose a la felicidad.

Toda esta dependencia de lo externo supone someterse a un estado continuo de esclavitud.




Sentir que la felicidad depende de uno mismo


Asimilar e integrar, este mensaje puede ser fundamental en nuestras vidas. Entendiendo que no vamos a ser más felices por conseguir más triunfos, más dinero, poder y reconocimiento, puesto que la felicidad no tiene nada que ver con la ambición.
Que no vamos a ser más felices por obtener mayores sensaciones de placer; ya que la búsqueda de placer por mediación del cuerpo tampoco es lo que nos causa felicidad.
Todo este tipo de asuntos conforma nuestra vida superficial, sin profundidad y apenas calidad. Representa al ser humano que está dormido y que vive en el mundo de la cantidad.

Es primordial darse cuenta de que la felicidad tiene más de psicológico que de fisiológico. Supone un estado de conciencia más elevado, un reencuentro consigo mismo, un despertar hacia lo verdaderamente importante.
Podemos conseguirlo si aprendemos a escucharnos, a atender a nuestras verdaderas necesidades; alejándonos de todo aquello que nos esclaviza y nos envuelve en una espiral de un deseo permanente insatisfecho.
Buda Gautama dice: “Existe el placer y existe la dicha. Renuncia a lo primero para poseer lo segundo”


Fuente Rafa Aragón (divulgador del mundo de la psicología)



Deja salir lo que hay en tu interior:



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