Robert Maurer (autor del libro El camino del kaizen) es psicólogo clínico, director del programa de ciencias
del comportamiento en el Centro Médico de UCLA Santa Mónica y miembro
del claustro de la Facultad de Medicina de UCLA. Viaja por todo el mundo
impartiendo seminarios y ayudando a implantar la técnica del kaizen en
organizaciones diversas.
¿Qué es el Kaizen?
Se basa en la creencia de que todos, en cualquier ámbito, debemos estar dispuestos a mejorar nuestro rendimiento y productividad a través de mejoras constantes. Uno de los métodos que promueven esta filosofía es el kaizen.
Kaizen es una palabra japonesa cuyo significado etimológico es el de kai = cambio y zen = bueno. Es decir, kaizen y mejora pueden ser vistos como sinónimos.
La filosofía Kaizen tiene valor para todas las personas que quieran construir mejores hábitos en su subconsciente, de manera que al finalizar el camino, consigues tu objetivo y alcanzar sus metas. Todo a través de pequeños cambios, inteligentes y graduales.
El kaizen es sencillo. En esencia es crear un cambio muy profundo con el menor de los esfuerzos y empleando poco más de un minuto al día (tú pondrás el límite).
Y ni siquiera te has dado cuenta del profundo cambio que has realizado, hasta que te sorprendes haciendo de manera natural aquello que te parecía imposible. Sencillamente porque no ha requerido más esfuerzo que recordar hacer un pequeño paso cada día.
La finalidad es generar una mejora continua, para mantenerte en un movimiento constante que te acerque cada día a tu objetivo.
Si es fácil, es Kaizen. Así de simple.
El
kaizen te permite obtener cambios significativos en tu vida por
medio de pequeños pasos.
Una
técnica con base científica, comprensible y práctica, que te
lleva hacia tus
objetivos con naturalidad y elegancia. El kaizen es útil para lograr
una gran variedad de cambios en el ámbito personal o laboral: dejar
de fumar o de morderte las uñas, perder el temor a hablar en público, negociar con éxito,
mejorar nuestra relación de pareja... Ha sido probado con gran éxito
en las empresas japonesas, produciendo cambios muy significativos en
la creatividad y eficiencia de sus empleados.
Se basa en la creencia de que todos, en cualquier ámbito, debemos estar dispuestos a mejorar nuestro rendimiento y productividad a través de mejoras constantes. Uno de los métodos que promueven esta filosofía es el kaizen.
Kaizen es una palabra japonesa cuyo significado etimológico es el de kai = cambio y zen = bueno. Es decir, kaizen y mejora pueden ser vistos como sinónimos.
Se cree que tras esta metodología está el conocido Dr. Edwards Deming. El cual fue invitado por los líderes industriales japoneses para ayudar a reconstruir Japón tras la II Guerra Mundial.
Sus principios se basan en promover las actividades que agregan valor
y reducir o eliminar cualquier desperdicio. Como resultado se obtiene
un lugar de trabajo mejor, un entorno más seguro, eliminación del duro
trabajo, la reducción de residuos y el aumento de la productividad.La filosofía Kaizen tiene valor para todas las personas que quieran construir mejores hábitos en su subconsciente, de manera que al finalizar el camino, consigues tu objetivo y alcanzar sus metas. Todo a través de pequeños cambios, inteligentes y graduales.
El kaizen es sencillo. En esencia es crear un cambio muy profundo con el menor de los esfuerzos y empleando poco más de un minuto al día (tú pondrás el límite).
Y ni siquiera te has dado cuenta del profundo cambio que has realizado, hasta que te sorprendes haciendo de manera natural aquello que te parecía imposible. Sencillamente porque no ha requerido más esfuerzo que recordar hacer un pequeño paso cada día.
La finalidad es generar una mejora continua, para mantenerte en un movimiento constante que te acerque cada día a tu objetivo.
Si es fácil, es Kaizen. Así de simple.
Kaizen no es perfecto pero sus resultados pueden ser extraordinarios.
A diferencia de los entornos empresariales, las personas nos regimos por nuestras emociones. Para el ser humano retroceder, volver a viejos hábitos y caer en el estrés es natural.
Nuestras emociones viajan en una montaña rusa. Hay períodos en los que estamos en nuestro mejor momento y nos sentimos optimistas. Pero también tenemos presentes los malos. Y es en períodos de debilidad donde podemos sucumbir a los hábitos destructivos.
Ambas versiones de nosotros mismos son inevitables, a pesar de que podemos controlar la intensidad y duración de cada una de nuestras dos caras.
Pero la ventaja del Kaizen, es que elimina como factor de riesgo el cambio demasiado rápido.
Nuestros cuerpos se resisten a cualquier cambio extremo o innovador por considerarlo amenazante.
Por lo general este tipo de cambios de la noche a la mañana no suelen funcionar, básicamente porque requieren una gran cantidad de disciplina y apoyo para que se conviertan en permanentes.
Y es por esto por lo que Kaizen es tan eficaz. Tanto los procesos como las personas podemos hacer cambios inteligentes que terminan mejor a largo plazo que aquellos que intentan una serie de mudanzas extremas en sus vidas.
Aun entrando en juego nuestras emociones, Kaizen acepta que puedas tener progresos negativos a corto plazo pero que no tienen por qué afectar a los progresos positivos a largo plazo. Eso sí, siempre que seas capaz de recuperarte rápidamente.
No es necesario una cantidad ingente de disciplina, pero sí tendrás que aferrarte a cada pequeña ganancia que consigas. Cada paso o pequeño incremento puede resultar bastante fácil de realizar.
Pasemos a la práctica
1. Identifica las áreas que quieres mejorar
Para
iniciarse en el camino del Kaizen, lo primero que tendrás que hacer
será una lista con las áreas en las que deseas mejorar. Localiza las
zonas en las que deseas ser más eficiente. Puedes empezar analizando las
actividades que llevas a cabo en un día representativo.Ojo, te aviso que puede que el resultado del análisis te sorprenda y que te des cuenta de la gran cantidad de tiempo que pierdes en los sitios en donde menos lo esperas.
La normalización o estandarización es otro principio del Kaizen. Si no puedes externalizar o delegar tus tareas, piensa en las mejores prácticas para realizarlas y trabaja en ellas para que se conviertan en automáticas.
2. Define tus objetivos
Una
vez dicho esto y sabiendo qué cambios necesitas hacer en tu vida (aquí
la lista puede ser bien amplia: desde perder peso hasta dejar de
procrastinar) pasas a establecer objetivos SMART.Tienes las ideas claras de que esta vez sí lo vas a conseguir y tu optimismo está por los cielos. Pero entonces... tienes un mal día y vuelves a las andadas. Tu motivación cae en picado.
Esto puede ocurrir por cualquiera de estos motivos:
- Objetivos demasiado grandes que te terminan abrumando.
- Los objetivos impresionantes te llevan a la inacción.
- Crees que existe una varita mágica que solucionará tus problemas.
Así que una vez que sabes qué quieres hacer, solo tendrás que centrarte en encontrar pequeñas maneras de mejorar a lo largo del camino.
3. ¿Con qué vas a empezar?
Por tanto, vamos a continuar: ¿cuál es esa pequeña cosa que puedes empezar a hacer y que mejorará tu vida?Si tu objetivo es hacer más ejercicio, puedes empezar por hacer 5 sentadillas seguidas al día e ir aumentando el número progresivamente. Si lo piensas, 5 sentadillas no son nada.
Cuando madrugar te cuesta más que correr un maratón, prueba a ir adelantando tu despertador 1 minuto durante los próximos días.
Simplemente basta con tratar de hacer un poco más que lo que hiciste el día anterior. Sin grandes aspiraciones ni cambios radicales. Queremos que las mejoras sean graduales y que permanezcan en el tiempo, llegando a convertirlas en un hábito.
4. Celebra las pequeñas victorias
Si cada día mejoras aunque solo sea un 1%, estarás reforzando la idea de éxito en tu subconsciente. Nuestros cerebros no distingue entre victorias grandes o pequeñas.Alcanzar un objetivo, independientemente de su tamaño, desencadena una liberación de dopamina, el neurotransmisor que nos hace sentirnos bien.
Cualquier logro—ya sea dejar de comer la primera cucharada de tu plato favorito o escribir la primera palabra del libro que quieres publicar—te hará sentir como un auténtico ganador.
Esta sensación de éxito supondrá un mayor impulso con cada pequeño paso que des.
5. Crea tu plan de mantenimiento
Una vez alcanzada la meta que perseguías, solo basta con iniciar un plan de mantenimiento para mantenerlo el resto de tu vida.Recuerda que la automejora no es un destino, sino un proceso. Porque los procesos nunca terminan, tendrás que hacerlo a diario. Y no dejes que el éxito temprano te cree una falsa inseguridad que permita que aflojes.
- El cambio es posible.
- Siempre puedes mejorar.
- Solo necesitarás tiempo y paciencia.
No olvides que el retroceso y el fracaso podrá acecharte, pero para superarlos tendrás ahí los cambios estables y graduales para volver a la pista en tiempos difíciles.
Si
quieres una herramienta increíble para un cambio eficaz a largo plazo,
Kaizen es la respuesta. Construirás nuevos hábitos y serás lo
suficientemente fuerte para ir hacia delante con un esfuerzo mínimo.
Fuente https://www.caminokaizen.com/ , Carmen Valverde - https://canasto.es/blog/kaizen
@ana.lop_ |
Fuente https://www.caminokaizen.com/ , Carmen Valverde - https://canasto.es/blog/kaizen
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