Es uno de los males más frecuentes de nuestra sociedad actual debido a un ritmo laboral estresante, a la saturación de información y a los estímulos constantes sobre el cerebro.
La fatiga mental se caracteriza por ua disminución temporal de la eficiencia mental de la persona. Los principales síntomas son una menor capacidad para mantener la concentración, para analizar datos, así como para tomar decisiones. Este cansancio psicológico suele estar desencadenado por un sobreesfuerzo o estrés mantenido en el tiempo debido a un exceso de trabajo en el ámbito laboral o también por situaciones personales que aumentan la tensión. Cuando la persona tiene fatiga mental se siente incapaz de dar respuesta a las exigencias y esfuerzos de tipo cognitivo que tiene ante sí. Este agotamiento psíquico puede acompañarse de apatía, rumiación, tristeza, ansiedad, irritabilidad, insomnio y dolores físicos como parestesis, fatiga ocular, cefaleas o molestias estomacales.
Las causas más habituales
- Sobrecarga laboral. Es uno de los orígenes más frecuentes del cansancio mental sobre todo en trabajos con un exceso de tareas intelectuales.
- Factores personales. Hay personas que resisten mejor que otras los sobreesfuerzos en el trabajo y la presión. Aunque se suele ser más vulnerable a la fatiga mental en etapas personales difíciles como un divorcio o una pérdida.
- Fatiga informativa. La definió el psicólogo británico D. Lewis tras estudiar a 1300 directivos de empresas y comprobar que se produce un cansancio mental cuando se manejan excesivas cantidades de datos. Se puede acompañar de síntomas físicos. Esta saturación de información provoca que se retrasen decisiones importantes y no sólo afecta al rendimiento de la persona, sino a sus relaciones.
- Síndrome del "burnout". El agotamiento psicológico y cognitivo es uno de los síntomas más importantes de este trastorno cada vez más frecuente. Suele derivarse de un clima laboral difícil, con pocos recursos, horarios largos y alta exigencia. Se asocia más con profesionales dedicadas a los demás (personal sanitario, enseñanza, asuntos sociales, personal de oenegés, etc.).
- Depresión. La fatiga mental suele estar presente en esta dolencia.
Una enfermedad orgánica. Entre otros, la anemia, un trastorno de tiroides, un dolor persistente o la apnea del sueño que impide un buen descanso puede desencadenar la fatiga mental y conviene descartar los trastronos físiocs como causas del cansancio psicológico.
¿Cuándo asistir a la consulta del médico?
Cuando la sobrecarga que se siente se prolonga varias semanas y llega a provocar insomnio y dificultad para mantener la concentración, porque pronto acabará siendo difícil de autogestionar y afectará a la salud mental e incluso física. Si se prolonga la fatiga mental puede llevar a tener ansiedad que afecte a la vida personal, las relaciones sociales y las actividades de ocio, puede producir dolores musculares, de cabeza e incluso alteraciones digestivas.
Medidas más eficaces para hacer desaparecer la fatiga mental
Dormir. Aunque la fatiga mental suele dificultar el sueño, dormir al menos ocho horas permite al cerebro regenerarse y poner en marcha el sistema glinfico que elimina las toxinas acumuladas en este órgano durante los esfuerzos.
Hacer ejercicio. La actividad física mejora las funciones ejecutivas, la zona del cerebro relacionada con la capacidad de concentración, el aprendizaje y la toma de decisiones. Además, favorece un sueño reparador.
Beber agua. Con sólo un 1% menos de agua el cerebro ya presenta problemas de atención. Tomar un vaso de agua cada 45 minutos, aún sin sed, ayuda a optimizar el rendimiento cerebral.
Realizar pausas. Lo ideal es desconectar 10 minutos cada 45 minutos para dar tiempo al cerebro a recuperar su capacidad de concentración y de memorización.
Evitar el "multistaking". Realizar varias tareas al mismo tiempo disminuye el rendimiento cerebral y favorece el agotamiento mental. Además, las interrupciones suponen una sobrecarga mental muy perjudicial.
Rebajar la exigencia. Aplacar el perfeccionismo, reducir las obligaciones diarias priorizando y delegar ayuda a limitar la fatiga mental.
Reserva tiempo para ti. Los expertos aconsejan
dedicar al menos media hora al día a una actividad que reporte placer y nos aleje del estrés.Coger vacaciones. Cuanto más desbordados y fatigados,más necesario es hacer pausas más prolongadas para desengacharse de las preocupaciones.
Atención psicológica. Puede ser necesaria para ayudar a la persona arelativizar, a aprender a gestionar mejor el estrés, las emociones y el tiempo en función de lo que es más importante para la persona en su vida.
6 alimentos que nutren las neuronas
1- Cereales integrales. Son fuente de azúcares sanos, muy necesarios para el funcionamiento del cerebro que gasta mucha glucosa cuando se concentra.
2- Nueces. Aportan Omega3, Omega6 y vitamina E, nutrientes imprescindibles para la memorización y el aprendizaje. Además, sus antioxidantes reducen la inflamación en las células del cerebro.
3- Arándanos. Sus polifenoles antioxidantes mejoran las conexiones entre las neuronas y la memoria a largo plazo.
4- Huevos. Gracias a la presencia de colina, que forma parte de las vitaminas del grupo B y es neuroprotectora, este alimento permite la fabricación de acetilcolina, un neurotransmisor implicado en los circuitos de la memoria.
5- Pescado azul. Las proteínas y Omega3 de este alimento estimulan la secreción de neurotransmisores que mejoran la comunicación entre neuronas y el rendimietno cerebral.
6- Zumos verdes. En las verduras de hoja verde están presente el ácido fólico, la clorofila y la vitamina E que protegen las neuronas y mejoran la memoria. Empieza el día con un licuado a base de éstas.
Remedios que favorecen el rendimiento cerebral
Existen dististas formas naturales para ayudar a la mente a recuperarse de los esfuerzos que realiza y del estrés psíquico que representan los constantes estímulos que recibe en el día a día. Éstas son algunas de las más importantes para que tucerebro pueda rendir mejor.
1 Tomar plantas adaptógenas.
El ginseng, la rhodiola rosea y la ashwagandha son plantas de las que se ha comprobado su capacidad para aumentar la resistencia del cerebro ante un esfuerzo excepcional. Favorecen la velocidad de procesamiento mental, la capacidad de atención y de memoria.
2 Meditar.
Tanto la meditación como el "mindfulness", donde se enseña a la mente a centrar la atención en la respiración y en el momento presente, disminuyen los pensamientos y mejoran las zonas cerebrales que regulan el estrés. Además, facilitan una regeneración neuronal.
3 Silencio.
Los estímulos sonoros constantes tan habittuales en las grandes ciudades agotan el cerebro proque lo colocan en un estado de alarma e impiden un decanso profundo durante la noche. Buscar momentos de silencio total le permiten recuperarse.
4 Contacto con la naturaleza.
Los sonidos de la naturaleza relajan el sistema nervioso, reducen la presión arterial y favorecen la secreción de dopamina, la hormona del bienestar. Es el contexto ideal para dejar vagar la mente, algo muy necesario para desintoxicar el cerebro que acumula producots de desecho con la alta concentración.
5 Aromaterapia.
La inhalación de aceites esenciales como el laurel, el de menta piperita, el de eucaliptus o el de pino silvestre alivian el estrés psíquico y aumentan la capacidad de atención y de aprendizaje.
Fuente Dra María José Peiró - Medicina Familiar
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