Cúrcuma, el ibuprofeno natural:
Antiinflamatorio
natural, antioxidante, antiparasitaria, gran regenerador ya que
favorece la cicatrización de las heridas y protege el hígado.
Además, no da sabor, por lo que se puede añadir a cualquier
receta.... Descubre porqué tienes que llevar la cúrcuma a tu mesa.
Le llaman el azafrán de Oriente y de un tiempo a esta parte se puede encontrar en cualquier lado. Desde grandes superficies hasta herbolarios. Cada vez son más los que apuestan por la cúrcuma, una planta herbácea de la familia de zingiberácea -hermana del jengibre-, nativa del suroeste de la India y a la que muchos profesionales describen como un "ibuprofeno natural".
"Debido a los cucuminoides, la planta reúne propiedades antiinflamatorias", asegura Terica Uriol, licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y directora del centro de nutrición y dietética con el mismo nombre. "Este componente inhibe la producción de prostaglandinas inflamatorias [sustancias que estimulan las terminales nerviosas del dolor] y convierte a la cúrcuma en una planta incluso más efectiva que algunos medicamentos antiinflamatorios", señala la profesional. Por eso, Uriol recomienda una pequeña dosis diaria de esta zingiberácea a personas con artritis, colon irritable, afección de muelas o dolor menstrual, entre otras dolencias.
Patricia Yárnoz, dietista -clínico en la clínica de la Universidad de Navarra va más allá. Según esta experta, la curcumina refuerza la reparación del ADN. "Numerosos estudios apuntan a que este alimento puede ser una alternativa económica para aquellos países en vías de desarrollo que traten de paliar el efecto nocivo del arsénico en poblaciones expuestas a este tóxico", asegura la profesional.
La primera vez que se usó la cúrcuma -en concreto, el extracto crudo que se obtiene de la raíz en forma de polvo amarillento- fue en el 610 a. C. Aunque en principio se empleó como colorante textil, pronto comenzó a ser conside- rada por médicos de Asia y Europa como una planta mágica. "Al ser amarilla parecía totalmente indicada para curar la ictericia y las fiebres biliares, teoría que ha sido confirmada por la moderna fitoterapia", recoge el estudio Efectos farmacológicos y nutricionales de los extractos de Curcuma longa L. y de los
cucumionides, llevado a cabo por María Dolores Mesa, Ángel Gil y otros catedráticos del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada. Estos profesionales, que han reunido estudios internacionales llevados a cabo durante 30 años, destacan de la cúrcuma "su actividad antibacteriana, antifúngica y antiparasitaria". Además, según ellos, las propiedades de esta planta frente a procesos de inflamación, granulación o remodelación de los tejidos convierten a la zingiberácea en un "tratamiento efectivo para la cicatrización".
Mejora el ánimo
“Se ha demostrado que beneficia a la psique,
aumenta los niveles de serotonina, sin producir efectos secundarios,
cosa que sí ocurre con la medicación que se utiliza para tratar estados
emocionales bajos”, explica la nutricionista y psicóloga Itziar Digón.
El problema es que la dosis terapéutica es alta y, a veces, hay
problemas para una buena absorción. “Tómala con pimienta negra, mejora
su biodisponibilidad”.
Si quieres hacer un uso medicinal, tómala en forma de suplemento (8 gramos al día).
Baja el azúcar en sangre
Eso sí, la nutricionista advierte: si se cuece durante más de
15 minutos, desaparecen sus principios activos en un 80%. De ahí que lo
ideal sea aplicarla justo al final de la cocción y una vez apagado el
fuego.
Según investigaciones actuales se conoce que la curcumina, un compuesto químico que contiene esta especia, tiene efecto hipoglucemiante. “No se sabe cómo incide directamente sobre la diabetes, pero se piensa que está asociado a su poder para frenar la oxidación celular”.
Cómo incorporarla
Pese a que la planta tiene un metro de altura, de la cúrcuma sólo se usa la raíz molida. Ésta se emplea en la cocina como especia y sirve para dar a los platos sabor -apenas perceptible, un tanto amargo- y color -amarillo-naranja-. Prácticamente, se puede combinar con cualquier receta. Por ejemplo, Uriol recomienda añadir cúrcuma a legumbres, a cremas de verduras, a sopas, a salsas o a arroces a modo de colorante. "Lo mejor es mezclarla con pimienta negra. Este alimento impide la degradación de los cucuminoides en el intestino, por lo que se absorben en mayor cantidad", aconseja la experta.
Cómo incorporarla
Pese a que la planta tiene un metro de altura, de la cúrcuma sólo se usa la raíz molida. Ésta se emplea en la cocina como especia y sirve para dar a los platos sabor -apenas perceptible, un tanto amargo- y color -amarillo-naranja-. Prácticamente, se puede combinar con cualquier receta. Por ejemplo, Uriol recomienda añadir cúrcuma a legumbres, a cremas de verduras, a sopas, a salsas o a arroces a modo de colorante. "Lo mejor es mezclarla con pimienta negra. Este alimento impide la degradación de los cucuminoides en el intestino, por lo que se absorben en mayor cantidad", aconseja la experta.
Si quieres hacer un uso medicinal, tómala en forma de suplemento (8 gramos al día).
El oro líquido en las redes
Desde que fue elegido por Google Trends como ingrediente revelación, la cúrcuma arrasa en Internet. Aparte de las clásicas recetas, el invento más ‘Instagrameado’ es el cúrcuma latte o
leche dorada. Esta bebida puedes hacerla batiendo dos vasos de leche de
almedras, con 1/2 cucharada de cúrcuma, 1/2 cucharadita de canela, 2
cucharaditas de miel o sirope de agave y una pizca de pimienta negra y
jengibre molido o rallado (raíz fresca).
Mitiga el dolor
Esta especia contiene compuestos de acción antiinflamatoria, como el ibuprofeno.
“Se trata de los curcuminoides, cuya capacidad ‘antiox’ es superior a
la vitamina C y E y son capaces de captar los radicales libres más
reactivos”. ¿Cómo actúa? “Inhibe la formación de sustancias
proinflamatorias, resultando de gran ayuda para tratar dolencias que
causan molestias dolorosas”.
Si bien es cierto que las últimas investigaciones empiezan a ver en esta planta un antídoto contra ciertos tipos de tumores, lo único que se ha demostrado en ratones es que, a largo plazo, "un uso cotidiano de la cúrcuma repara los daños causados por la quimioterapia y otros medicamentos usados para curar cánceres de hígado, duodeno y piel", incide Uriol.
Cuida el intestino
Los curcuminoides que contiene protegen la microbiota y favorecen la digestión.
Además, previene otras patologías gastrointestinales. “Inhibe la
formación de una sustancia inducida por la helicobacter pylori (una
bacteria), que infecta el revestimiento del estómago y causa gastritis o
ulcera”.
Estimula la función hepática
Una de las principales propiedades de los extractos de la cúrcuma y de la curcumina es su actividad hepatoprotectora. El estudio A review of plants used in the treatment of liver disease,
de Luper S., científico estadounidense del Southwest College of
Naturopathic Medicine, ha demostrado que el azafrán de Oriente "induce
la contracción de la vesícula biliar y previene la formación del colesterol en
la bilis de los ratones". Con esta línea coincide Uriol: "Al aumentar
los antioxidantes del organismo, los fabricados por el ser humano, la
cúrcuma favorece la desintoxicación del hígado, un vaciado de la
vesícula biliar y, por tanto, mejora la digestión y elimina los gases".
Así, pacientes con un cuadro de hepatitis, de insuficiencia biliar, de
fibrosis, de hígado graso o de colesterol mejorarían al tomar una
pequeña dosis de cúrcuma todos los días.Si bien es cierto que las últimas investigaciones empiezan a ver en esta planta un antídoto contra ciertos tipos de tumores, lo único que se ha demostrado en ratones es que, a largo plazo, "un uso cotidiano de la cúrcuma repara los daños causados por la quimioterapia y otros medicamentos usados para curar cánceres de hígado, duodeno y piel", incide Uriol.
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