La retina es la capa de tejido en la parte de atrás del interior del ojo; se encarga de transformar la luz e imágenes que entran a éste en señales nerviosas que son enviadas a través de neuronas bipolares y ganglionares al nervio óptico en forma de estímulo nervioso. Finalmente
la información visual será procesada a nivel de la corteza occipital del cerebro (córtex visual).
La mácula es la zona central de la retina que hace que nuestra visión sea más nítida y más detallada. Está compuesta por un tipo de fotorreceptores denominados conos que se encargan de la visión más detallada y de los colores; por lo tanto una lesión en este área dificulta todas las actividades visuales de precisión, como leer, escribir, ver la cara de las personas, etc. Sin embargo, a pesar de que afecta a la visión central de precisión, se conserva la visión periférica o lateral.
Existen dos tipos de degeneración macular:
La degeneración macular seca ocurre cuando los vasos sanguíneos bajo la mácula se vuelven delgados y frágiles. Se forman pequeños depósitos amarillos, llamados engrosamientos localizados, bajo la mácula. A medida que estos engrosamientos aumentan de tamaño y número, crean una mancha borrosa en la visión central del ojo.
La degeneración macular húmeda ocurre cuando los vasos sanguíneos frágiles se rompen y crecen nuevos vasos anormales y muy frágiles bajo la mácula. Esto se denomina neovascularization de la coroides. Estos vasos dejan escapar sangre y líquido, lo cual lleva a que se presente daño de la mácula.
Esta enfermedad afecta generalmente a personas mayores de 60 años y es la segunda causa de ceguera en ancianos.
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Causas y Factores a tener en cuenta.
Edad avanzada.
Antecedentes familiares.
Tabaquismo.
Consumo abusivo de cerveza.
Hipertensión arterial o trastorno cardiovascular.
Raza blanca y ojos claros.
Hipermetropia.
Sexo femenino.
Exposición prolongada a luz de alta intensidad.
Dieta pobre en vitaminas y minerales.
Síntomas más frecuentes.
En la degeneración macular seca:
Visión borrosa.
Con frecuencia, los objetos en la visión central lucen distorsionados y opacos y los colores lucen desvanecidos.
Dificultad para leer impresos o ver otros detalles, pero puede ver lo suficientemente bien para caminar o realizar actividades de rutina.
A medida que la enfermedad empeora, uno puede necesitar más luz para leer o llevar a cabo las tareas diarias.
Una mancha borrosa en el centro de la visión se vuelve gradualmente más grande y más oscura.
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En la degeneración macular húmeda:
Las líneas rectas aparecen torcidas y onduladas.
Puede haber una pequeña mancha oscura en el centro de la visión que se vuelve más grande con el tiempo.
La pérdida de la visión central puede presentarse muy rápidamente.
Cómo proteger la vista en la madurez
Si imagina que su ojo es una cámara, la retina sería la película. La retina, situada en la parte posterior del globo ocular, es una capa de células fotosensibles que capta las imágenes enfocadas por el cristalino, las convierte en impulsos nerviosos y transmite estos impulsos directamente al cerebro, que tiene la misión de descifrar la imagen.
En el centro de la retina se encuentra la denominada mácula. La mácula compuesta por innumerables células que proporcionan al cerebro imágenes detalladas en color, es el equivalente biológico de la gama de colores Kodach. Es imposible obtener más definición o brillo.
La mácula recibe a luz más concentrada de todo el ojo. Pero pese a ser tan importante para la vista, la luz tiene un aspecto negativo. Al enfocarse sobre la retina año tras año, la luz interactúa con el oxígeno y puede dañar las células de la retina, causando la acumulación de residuos y algunas veces el crecimiento anormal de los minúsculos vasos sanguíneos que discurren por debajo. A veces, estos vasos sufren derrames o reacciones inflamatorias que, al cicatrizar enturbian para siempre la vista. Este proceso destructivo de la vista recibe el nombre de degeneración macular. Después de las cataratas, es la principal causa de ceguera en las personas mayores de 50 años.
La lucha por la vista.
Los síntomas a menudo se manifiestan con lentitud. Las personas tienen dificultad o imposibilidad para ver claramente de lejos o de cerca, de reconocer caras u objetos o distinguir los colores.
En ocasiones la degeneración macular se corrige suturando con rayos láser los minúsculos vasos afectados, un procedimiento que permite frenar temporalmente la extensión del daño, pero que también destruye algunas células de la retina. Sin duda alguna, la mejor estrategia es la prevención de la degeneración macular.
Existen pruebas de que estos daños en la retina son consecuencia de las reacciones químicas por oxidación, las mismas reacciones que oxidan el hierro y
vuelven rancio el aceite. De hecho, la degeneración macular recibe a veces el nombre de oxidación de la retina.
Las reacciones por oxidación se producen cuando el oxígeno interactúa con otras sustancias, desencadenando una reacción en la que las moléculas inestables pierden electrones y se los roban a otras moléculas para equilibrarse. Las reacciones oxidantes dañan las células de las membranas y el material genético.
Sin embargo, se cree que ciertos nutrientes conocidos como antioxidantes podrían colaborar en la prevención de la degeneración macular. Las vitaminas C y E y el betacaroteno, un precursor de la vitamina A, parecen ser las más indicadas. Estos nutrientes inhiben las reacciones por oxidación. Algunos minerales como el cinc, el cobre y el selenio también son beneficiosos.
El cuerpo necesita estos elementos en pequeñas cantidades para producir enzimas antioxidantes, que ayudan a proteger el ojo.
Los suplementos polivitamínicos gana votos.
Incontables suplementos polivitamínicos y minerales que se encuentran a la venta en tiendas de productos naturales se ofrecen para combatir tanto la degeneración macular como las cataratas. Varios estudios sugieren que los suplementos polivitamínicos y minerales pueden resultar útiles contra la degeneración macular.
En un estudio un tercio de las personas con degeneración macular obtuvo mejores resultados en las pruebas visuales después de tomar suplementos durante 6 meses mientras que só el 1% de los que no tomaron suplementos sonsiguió mejrar los resultados.
Adeás, el deterioro de la vista continuó en el 40% del grupo que tomó suplementos, algo que ocurrió sólo en el 22% de los uqe tomaron suplementos.
Existen buenas razones para pensar que la degeneración macular podría prevenirse con nutrientes, aunque todavía estamos lejos de conseguirlo. Se esperan los resultados de un amplio estudio sobre enfermedades de los ojos asociadas con la edad que se lleva a cabo desde hace 10 años en Estados Unidos con el fin de comprobar si la combinación de ciertas vitaminas y minerales - vitaminas C y E, beta caroteno y Cinc - pueden frenar el riesgo de desarrollar degeneración macular.
De momento muchos oftalmólogos informan a los pacientes que les preguntan por la relación entre nutrición y degeneración macular que los resultados parecen sugerir ciertos beneficios, pero que aún no es posible hacer recomen-daciones en un sentido o en otro.
Sin embargo otros oftalmólogos ya prescriben nutrientes. No afirman que las pruebas sean concluyentes, pero consideran que son lo bastante prometedoras para informar a los pacientes de las ventajas de algunos minerales y vitaminas.
Según investigaciones, éstos son los nutrientes que podrían contribuir a frenar la degeneración macular.
El betacaroteno es excelente para los ojos.
No hay duda de que la vitamina A desempeña un importante papel en la vista. En la retina, una forma de vitamina A ayuda a convertir la luz en impulsos nerviosos.
Dos síntomas de carencia de vitamina A son la ceguera nocturna y la dificultad para recuperar la vista después de quedarse deslumbrado, por ejemplo, por los faros de un coche.
Sin embrago, el betacaroteno y otros compuestos parecen proporcionar la protección necesaria. Estos nutrientes actúan como antioxidantes al interrumpir la cadena de reacciones de los radicales libres ofreciéndoles sus propios electrones.
Aún así, los indicios se limitan a varios estudios que sugieren que las personas que ingieren mucha fruta y verduras ricas en betacaroteno tienen menos posibilidades de desarrollar degeneración macular En un estudio realizado en Harvard se comprobó que las personas que ingerían unos 8700 UI de betacaroteno al día tenían un 50% menos de probabilidades de desarrollar degeneración macular que las que ingerían una cantidad menor.
Otro estudio reveló que las personas que consumían betacaroteno a diario en forma de zanahorias, brécol, espinacas y albaricoques tenían la mitad de posibilidades de desarrollar degeneración macular de las que apenas probaban estos alimentos.
Los médicos que recomiendan suplementos de betacaroteno para prevenir o retardar la degeneración macular prescriben 25.000 UI al día.
A pesar de que las propiedades del betacaroteno continúan investigándose en varios estudios en curso, no se ha demostrado que los suplementos sean útiles para prevenir la degeneración macular. Basándose en este hecho y en la posibilidad de que también ofrezcan protección otros nutrientes de la fruta y la verdura, muchos investigadores recomiendan obtener el betacaroteno de los alimentos naturales, en lugar de tomar suplementos. Para alcanzar la cantidad diaria recomendada, consuma a diario hortalizas de hojas verde oscuro, amarillo o anaranjado cada día.
La naranja ayuda a los ojos.
¿Necesita otra razón para hacer acopio de verduras la próxima vez que vaya a comprar alimentos? Pues resulta que la vitamina C, un antioxidante que se encuentra en una alta concentración en el ojo, puede ayudar a proteger a laas células de la retina de las lesiones que causa el oxígeno.
Los estudios sugieren que las personas que consumen cantidades importantes de vitaminas en la dieta tienen menos posibilidades de desarrollar degeneración macular que las que ingieren en pequeñas cantidades. Los investigadores de Harvard ya mencionados descubrieron que ingerir 80 mg de vitamina C al día reduce el riesgo de degeneración macular en un 30%.
Los médicos que recomiendan vitamina C para prevenir o frenar la degeneración macular sugieren tomar 500 mg o más al día. La cantidad diaria recomendada es de 60 mg.
También se cree que existen buenas razones para no superar los 3.000 mg diarios de vitamina C.
En un estudio realizado en Nueva Jersay se ha descubierto que esa cantidad de vitamina C está asociada con el repliegue de la mácula e incrementa el riesgo de desprendimiento de la retina (la separación de la retina del globo ocular). Incluso en las personas miopes, se recomienda que la dosis no supere los 100 mg al día. Las personas con miopía presentan mayor riesgo de desprendimiento de retina.
La vitamina E, el guardián del ojo.
Junto con la vitamina C y el betacaroteno, la vitamina E es un conocido antioxidante. Incorporado en las menbranas lipídicas que envuelven las células, la vitamina E las protege de los radicales libre. En la retina, la vitamina E ayuda a amortiguar las reacciones entre la luz y el oxígeno que con el tiempo pueden provocar disfunciones en las células retinales.
Algunos estudios sugieren que la vitamina E puede resultar útil en la prevención de la degeneración macular. Se ha descubierto que las personas con una alta concentración de vitamina E en la sangre tienen la mitad de probabilidades de desarrollar una degeneración macular que las personas con una concentración menor en su sangre.
Según algunos oftalmólogos que realizan investigaciones, no se sabe con certeza cómo actúan los nutrientes como la vitamina E sobre la retina y es pronto para hacer recomendaciones sobre el uso de suplementos dietéticos.
No obstante, los médicos que sí recomiendan la vitamina E suelen indicar 400 - 800 UI. Ni siquiera las dietas que incluyen alimentos ricos en vitamina E, como el germen de trigo y las almendras, pueden proporcionar estas cantidades, por lo que los suplementos podrían resultar beneficiosos. La cantidad diaria recomendada de vitamina E es de 30 UI, pero es aconsejable consultar con el médico de cabecera si se plantea te 600 UI al día.
El cinc retrasa los daños.
Se sabe que la retina contine altas concentraciones de cinc, un elemento esencial. El cinc parece desempeñar un papel importante en el metabolismo de la retina. Los animales con déficit de cinc muestran signos de alteraciones retinianas, y las personas con una concentración de cinc alterada tienen un riesgo superior al normal de padecer degeneración macular. Pero el cinc necesita mantener un equilibrio con otros elementos y su nivel no debe aumentar en exceso.
Un estudio realizado en Nueva Orleans parece indicar que el cinc ayuda a mantener la vista a lo largo de los años. Los sujetos del estudio eran 151 personas mayores y sanas con síntomas incipientes de degeneración macular. La mitad ingirió diariamente 100 - 200 mg de sulfato de cinc durante un periodo de 18 a 24 meses. La otra mitad tomó placebo (pastillas inocuas, sin sustancias activas).
Los médicos que recomiendan el cinc para prevenir o frenar la degeneración macular aconsejan aumentar la cantidad diaria recomendada, de 15 mg a 80 - 90 mg. Algunos empiezan con 50 mg, pero otros prefieren adecuar la dosis inicial a los niveles de cinc del paciente.
A veces es necesario empezar con dosis altas e interrumpir el uso de suplementos cuando se recuperan los niveles normales. Los suplementos de venta al público, como el quelato de aminoácido de cinc, el gluconato de cinc y el aspartato de cinc, son buenas fuentes de este elemento.
En lo referente al cinc, hay que tener presente que más cantidad no significa necesariamente mejores resultados, por lo que sólo deben tomarse dosis superiores a la cantidad diaria recomendada bajo supervisión médica. Esto se debe a que el cinc compite con el cobre. Eso es perjudicial porque, al parecer, el cobre tiene un papel importante en la degeneración macular. El organismo necesita tanto el cobre como el cinc para producir una potente enzima antioxidante llamada superóxido-dismutasa.
Es preciso ingerir 1 mg de cobre por cada 10 mg de cinc. Y como ocurre con el cinc, no debe excederse con el cobre. Es posible acumular demasiado cobre, incluso cuando se toma en cantidades pequeñas lo cual sería perjudicial para la salud.
El selenio añade poder antioxidante.
Los médicos recetan algunas veces antioxidantes con selenio, un mineral que participa en la producción por parte del organismo de la glutation-peroxidasa, una enzima protectora que se encuentra en el ojo y en otras partes del cuerpo.
En teoría, el selenio debería contribuir a la prevención de la degeneración macular, pero en la práctica aún no se ha demostrado. Algunos médicos sólo recomiendan suplementos a las personas que presentan un déficit; otros no recomiendan los suplementos de selenio solo, pero sí los suplementos polivitaminicos y minerales que contienen selenio.
Los médicos que recomiendan suplementos sugieren una dosis de 50 - 200 µg al día. No supere los 100 µg diarios a maenos que se encuentre bajo supervisión médica, ya que el selenio puede resultar tóxico incluso a dosis bajas. Los alimentos ricos en selenio son el ajo, las cebollas, los champiñones, la calabaza, los cereales y el pescado.
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Referencias y Bibliografía:
- Síntomas DMAE» (2010). Consultado el 15 de febrero de 2010.
- Dr. José Ramón Soler Tomás. Centro médico
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