viernes, 18 de diciembre de 2020

Ejercicios para relajar contracturas y tensión muscular, acaba con las contracturas

El cuello y la espalda son dos de las partes de nuestro organismo que más sufren como consecuencia del estrés diario. Las malas posturas, la tensión acumulada o las lesiones deportivas pueden traducirse en forma de molestos nudos o contracturas musculares que nos causan dolor, rigidez y nos impiden realizar determinados movimientos. Se trata de contracciones involuntarias, duraderas o permanen-tes, de uno o más grupos musculares que suelen aparecer al realizar un esfuerzo. Entre sus síntomas más frecuentes destacan el abultamiento o inflama-ción de la zona, dolor y alteración del funcionamiento normal del músculo.

Pero, además, entre sus causas también figuran el estrés emocional y psicológico, capaces de provocar una serie de reacciones en el cuerpo que afectan al sistema nervioso causando rigidez en el cuello y tensión muscular. Asimismo, un exceso de sedentarismo puede causar una falta de tonificación muscular por inactividad.

 

Refuerza la zona

Si tu musculatura está tonificada, le será más fácil aguantar los sobresfuerzos que hagas sin cargarte y evitarás las temidas contracturas.  Para ello, debes realizar los ejercicios que te proponemos de forma habitual y evitar el sedentarismo.

 

Pequeños cambios que ayudan

Intenta mantener una buena higiene postural, evita el sobrepeso (cuantos más kilos, más esfuerzo debe realizar tu musculatura a la hora de movilizarse), y aliméntate bien para que a tus músculos no les falte ningún nutriente.

 

¿Frío o calor?

Aunque, en el caso de que aparezca una contractura, ponerte una esterilla eléctrica puede ayudarte a aliviar el dolor, es el frío lo que realmente actúa sobre el músculo inflamado.  Puedes usar una bolsa de gel de farmacia, un paquete de guisantes, cubitos de hielo, etc.., envueltos en una toalle, y dejarlos actuar 20 minutos.

Por todo ello, cuidar la salud de nuestro cuello y espalda debería ser una prioridad esencial en nuestra rutina diaria. Para ello tan solo necesitas invertir unos minutos para realizar una serie de ejercicios y estiramientos con los que conseguirás dar más elasticidad a los músculos y, poco a poco, deshacerte de las contracturas. Puedes empezar con esta sencilla rutina de ejercicios con la que experimentarás un gran alivio.


10 estiramientos para acabar con las contracturas
 
Ya sea por tensión emocional, sobreesfuerzo o cansancio, las contracturas son señales de alarma que debes atender. Estos estiramientos son el primer paso para eliminarlas.

Trabajando en el ordenador sientes una molestia entre el cuello y el hombro derecho. Con la mano buscas un punto donde presionar. Encuentras un alivio momentáneo, pero el dolor persiste. Pasan las horas y la molestia, siguiendo una trayectoria que tal vez te es familiar, sube hacia el cuello hasta alcanzar la zona posterior de la oreja.

"Si hubiera ido al masajista la semana pasada…", te dices. Pero tenías demasiadas ocupaciones para permitírtelo. En la ducha, el chorro de agua caliente te relaja. El nudo de tensión, sin embargo, persiste. Tras sopesar si tomar o no un analgésico, te vas a dormir con la esperanza de levantarte mejor.

 

Tipos de contracturas

Esta descripción corresponde a los síntomas asociados a una contractura de carácter tensional. Sucede cuando la musculatura pierde su capacidad elástica y recuerda más a una cuerda que a una goma. A partir de ahí sobreviene el dolor. También existen contracturas vinculadas a un sobreesfuerzo o a un agotamiento o a una falta de fuerza.

  • Contracturas de carácter tesional. Suele tratarse de contracturas vinculadas a tensiones de índole emocional. Se expresan de diferentes formas y en distintas partes del cuerpo.
  • Contracturas por sobreesfuerzo. En este caso el músculo agotado no dispone de suficiente alimento para responder a lo que se le está exigiendo. Y, para protegerse, sus fibras se transforman en una bola. Es el famoso botón endurecido que encontramos a nivel superficial y que molesta al presionarlo.
  • Contracturas por agotamiento o falta de fuerza. Pueden verse favorecidas por una alimentación poco nutritiva o por el declive físico asociado a la edad. En este caso se trata de una molestia de aparición lenta y naturaleza crónica. La zona de los riñones suele ser la primera en avisar de que ya no da para más. En ese estado tan al límite, cualquier agente externo –un golpe de viento, un día frío…– puede desencadenar el dolor.
     
     
    Una señal de alarma

    En todos los casos la contractura constituye una señal de alarma: es un mensaje del cuerpo que nos avisa de que nos estamos pasando y que las consecuencias pueden ser peores. De hecho, conviene entender esa molestia como una manifestación de que algo puede pasar, no como una lesión en sí misma.

    Por ejemplo, en ocasiones un dolor lumbar actúa como una defensa al inmovilizar las vértebras y prevenir de ese modo un pinzamiento del nervio ciático. Muchas ciáticas se inician con ese patrón: rigidez de las vértebras lumbares; si se alivia la contractura con un masaje, puede darse en pocas horas un dolor muy agudo que descienda por la pierna.

    Si la causa de la contractura es el sobreesfuerzo físico, de aparición súbita y con un dolor agudo, la solución es sencilla: eliminar la contractura con un masaje adecuado.

     

    Qué hacer cuando aparece una contractura

    Como primer auxilio, el calor es un buen aliado: una bolsa de agua caliente o una esterilla eléctrica son suficientes.

    Se puede realizar también algún estiramiento de los músculos contraídos. El masaje, si no se domina la técnica, es preferible dejarlo para un profesional.

    Asimismo, valorar en qué nos hemos pasado o dónde nos hemos equivocado será útil para no repetir el error. La causa puede ser tan simple como una mala postura al sentarse, unas zapatillas de correr desgastadas o inadecuadas, o pretender hacer deporte a pesar del cansancio acumulado.

     Aparte del masaje, hay que revisar cuándo pudo nacer esa contractura, qué emoción nos afectó. El consejo es el mismo si el desencadenante de la lesión ha sido un enfado, un desencuentro familiar o un conflicto laboral. La limitación aguda y novedosa del movimiento enfoca hacia algo que ha sucedido hace poco.

    Las personas rígidas mentalmente suelen ser las que sufren más este tipo de problemas. 

     

    10 ejercicios que alivian contracturas

    Además, estos estiramientos pueden ayudarte. 

    1. Relaja el cuello

    Siéntate en el suelo en una posición cómoda, con las piernas cruzadas y los brazos relajados. Si la posición del "loto" de yoga te resulta difícil, puedes optar por la de "medio loto" (como en la foto) o sencillamente apoyar los dos pies en el suelo. Si las rodillas se elevan por encima de las caderas, es mejor ponerse un cojín bajo los glúteos.

    Al espirar deja caer la cabeza a un lado, sintiendo su peso. al inhalar, enderézala y al exhalar de nuevo, déjala caer al otro lado. Repítelo hasta cinco veces por lado, en un movimiento continuo. Flexibilizarás los músculos del cuello. 

     
    2. Estira suavemente

    Apoya las manos en el suelo tras la espalda,

viernes, 4 de diciembre de 2020

El libro que 'predijo' la creación de un virus en Wuhan

En los ojos de la oscuridad", una novela de terror y suspense escrita por Dean Koontz (Pensilvania, 1945), best-seller lo publicó originalmente ("The Eyes of Darkness") con el seudónimo Leigh Nichols. El libro pasó desapercibido cuando se publicó en 1981 y está descatalogado. Ha acaparado la atención en los últimos días cuarenta años después de su publicación por haber anticipado la pandemia del coronavirus.

Dean Koontz habla de un virus creado en varios laboratorios militares por parte del Partido Comunista Chino. La novela, publicada en España por Plaza&Janes en 1991, se sitúa «en torno al año 2020», el laboratorio está ubicado en la ciudad china Wuhan, el virus estaba diseñado para ser utilizado como armamento biológico en caso de guerra, que afecta sólo a los humanos. Precisamente una de las teorías que han surgido en torno al nacimiento del coronavirus es que el virus podría provenir de unos laboratorios de máxima seguridad situados en la ciudad de Wuhan, aunque todavía se desconoce su origen.

De pronto las ventas de un viejo libro del best seller estadounidense Dean Koontz, se dispararon: en eBay se lo promocionó con el cartel “hot” y en Amazon una edición firmada se cotizó a USD 1.500.



 


Las alusiones a la pandemia del COVID-19 aparecen en el capítulo 39 y forman parte de una trama secundaria de la historia.


“La llaman ‘Wuhan-400’ porque fue desarrollada en unos laboratorios de manipulación genética en las afueras de la ciudad de Wuhan y resultó la cepa viable número 400 de los microorganismos de factura humana que se crean en ese centro de investigación”.

El primero que lo advirtió fue Nick Hinton, un californiano autor de podcasts que publicó en su cuenta de Twitter a mediados de febrero: “¡Una novela de Dean Koontz escrita en 1981 predijo el brote de coronavirus!". La reacción fue equivalente a acercar una chispa a un depósito de pólvora.


..."Para entender esto, dijo Dombey, debes retroceder un año. Fue por entonces cuando un científico chino llamado Li Chen escapó a los Estados Unidos llevando consigo un diskette con información sobre el arma biológica más importante y peligrosa en una década. Se llama Wuhan-400,