1- Hidrátate bien en verano.
Las altas temperaturas del verano provocan una mayor transpiración en el cuerpo y en el rostro. Aunque el sudor es la manera natural que tiene el organismo de eliminar impurezas, resulta muy incómodo. Algunos alimentos y bebidas frenan su aparición, mientras que otros lo favorecen.
Líquidos
El agua, preferiblemente fría, es la mejor solución para mantenerte hidratado y depurar toxinas. Intenta llevar siempre una botella a mano. En tu dieta tiene que haber zumos naturales, sobre todo, los de uva y tomate, porque ayudan a mantener la temperatura del cuerpo y evitan que se sobrecaliente, e infusiones. Son muy efectivas las que contienen salvia, ya que esta planta es rica en vitamina B y magnesio, calmantes naturales de las glándulas sudoríparas.
Por otro lado, es aconsejable que evites las bebidas con cafeína y teína, como los tés y cafés, las que contienen muchos azúcares, como las gaseosas, y las alcohólicas.
2 - Rutinas diarias muy efectivas.
Adquirir determinados hábitos resulta muy útil para evitar la transpiración, un problema que se manifiesta sobre todo en las axilas, la cara, el cuello y las palmas de las manos.
Higiene a raya
Ducharse al menos una vez al día, mejor por la mañana, es imprescindible para eliminar los residuos de la piel y mantenerla fresca. Es muy importante que elijas adecuadamente los jabones y geles que vas a usar: opta por los que sean antisépticos y antibacterianos y tengan un grado de acidez en torno al 5, el pH más similar a la piel.
Evita la ropa sintética
Ésta se adhiere a
la piel y no deja que transpire bien. Apuesta por las prendas holgadas, hechas de fibras naturales, como el algodón y la seda, y por el calzado de cuero natural o de lona, un material que permite la transpiración.
Dieta ligera
Aprovecha la gran variedad de frutas de temporada, como la sandía y el melón, para refrescarte e hidratar tu organismo y elimina de tu dieta las grasas, los alimentos picantes y los que tienen muchas calorías.
3- Opción tradicional.
Además de seguir una dieta adecuada y adquirir ciertos hábitos, existe un producto muy efectivo para combatir con éxito el mal olor.
Piedra de alumbre
Esta opción alternativa y eficaz se ha utilizado durante siglos como desodorante natural para destruir las bacterias que causan mal olor. Después de la ducha, humedece este mineral con agua y frótate la zona afectada durante unos segundos. El alumbre se disuelve y se forma una fina capa invisible que aporta una sensación de frescor y asegura una protección eficaz y duradera.
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